
¿Somos precisos haciendo stripping?
Introducción:
“Desde la aparición de los alineadores, el stripping se ha convertido en una técnica mucho más precisa y segura.”
¿Os suena esta frase? Posiblemente, sea una verdad a medias.
En la práctica ortodóntica contemporánea, la reducción interproximal se ha consolidado como una técnica esencial para la gestión del espacio dental. Sin embargo, un hallazgo recurrente y estadísticamente significativo es la marcada discrepancia entre la cantidad de esmalte planificada para ser removida digitalmente y la que efectivamente se elimina en el entorno clínico.
Esta diferencia sistemática entre el stripping que planificamos y el stripping que hacemos es algo que, a priori, parece inevitable.
La discrepancia entre lo planificado y lo realizado
Datos concretos revelan que, en promedio, la cantidad de esmalte real eliminada es aproximadamente 0.14 mm menor de lo planificado por cada contacto, habiendo estudios que encuentran variaciones de hasta 0.19 mm menos respecto a lo proyectado en el ClinCheck.
Esta tendencia a realizar menos stripping del planificado es una constante observada en ambas arcadas dentales, lo que subraya la necesidad de una mayor precisión y control en el procedimiento.
No todos los dientes son iguales
La dificultad para hacer el IPR no es la misma en todas las piezas dentales. Se han encontrado diferencias significativas en la precisión del stripping según el tipo de diente.
En concreto, las mayores discrepancias entre el IPR planificado y el IPR real se dan en:
- Incisivos inferiores
- Premolares superiores
Estas variaciones no son aleatorias; pueden explicarse por factores como:
- La reducida accesibilidad clínica a ciertas áreas.
- Particularidades anatómicas y morfológicas de cada diente.
- La experiencia (o inexperiencia) del operador.
Instrumental, técnica y factores humanos
Desde una perspectiva técnica, las limitaciones inherentes al instrumental utilizado —ya sean tiras abrasivas, discos o fresas— pueden impedir la remoción exacta y controlada del esmalte.
A esto se suma el factor humano: la percepción subjetiva del operador, el temor a dañar el esmalte de forma irreversible o a inducir sensibilidad dental en el paciente. Esto nos conduce, en muchos casos, a una ejecución más conservadora de lo planificado.
El papel de la anatomía dental
Finalmente, la forma de cada diente, su inclinación o rotación respecto a los dientes adyacentes y la severidad del apiñamiento influyen directamente en la precisión del IPR.
Todos estos factores pueden dificultar el acceso a las zonas interproximales o la medición del stripping realizado, derivando en imprecisiones de la técnica.
¿Estás buscando especializarte en ortodoncia invisible?
En SAS hemos diseñado un innovador curso online de 12 meses: “Biomecánica, del bracket al alineador”.
Este programa te enseñará a dominar los fundamentos biomecánicos y a aplicarlos con éxito en tratamientos con alineadores. Trabajarás con casos reales y aprenderás cómo integrar los principios de la biomecánica tradicional en las técnicas más avanzadas.
Además, explorarás las herramientas y tecnologías más modernas para ofrecer a tus pacientes resultados óptimos.
Haz clic en el botón a continuación y descubre todo lo que nuestra nueva formación tiene para ofrecerte:

Cuatro mentores del Método SAS protagonistas en la SEDO de Zaragoza

El misterio del Centro de Resistencia
