
Retención en ortodoncia: ¿existe la fórmula ideal?
Introducción a los retenedores:
La estabilidad en ortodoncia siempre ha sido un tema controvertido. Existen corrientes que aseguran que un buen tratamiento no necesita retención, pero nosotros preferimos ser cautos y no confiar demasiado en la “retención natural”. Como en todo, siempre hay excepciones, y cada caso es único: habrá pacientes que conseguirán mantener una boca estable con retenedores removibles, otros que necesitarán también retención fija y otros que, pongamos lo que pongamos, acaben recidivando.
La cantidad de factores que influyen en la estabilidad de un tratamiento (más allá de la oclusión y la función, aquellos sobre los que tenemos algo de influencia con la ortodoncia) es tan amplia que es mejor no jugársela al “ya veremos”.
Pasados unos meses o años, tras los que habremos concluido nuestro tratamiento, empieza una nueva fase: la fase de retención. Como decimos, consideramos esta fase esencial y la incluimos como parte del tratamiento, precisamente para que el paciente entienda que el juego no ha terminado y que debe seguir colaborando para que los resultados se mantengan a lo largo del tiempo.
En este blog os hablaremos sobre la importancia de los retenedores y los diferentes tipos que podemos usar.
¿Por qué son esenciales los retenedores?
El tratamiento ortodóntico se divide en dos fases: la activa, donde los dientes son movidos a sus posiciones ideales, y la pasiva, que comienza cuando se colocan los retenedores. Esta última etapa es crucial, ya que nos encargaremos de “luchar” contra la tendencia natural de los dientes a regresar a su posición inicial. El envejecimiento de los huesos, la memoria de las fibras periodontales o los desequilibrios musculares son algunas de las causas que pueden favorecer esta situación.
Sin una retención adecuada, todo el esfuerzo y dedicación que hemos invertido en el tratamiento pueden resultar inútiles. La función de los retenedores no se limita solo a mantener la posición conseguida, sino que también nos da el tiempo necesario para que los tejidos periodontales se adapten a la nueva posición de los dientes y se estabilicen.

Fig.1. Ejemplo de una recidiva en la que la retención fija no ha sido capaz de controlar el hábito de deglución atípica de la paciente.
Tipos de retenedores: removibles vs. fijos
No todos los retenedores son iguales. Elegir el adecuado depende de las necesidades específicas del paciente y su maloclusión inicial. Veamos qué opciones hay.
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Retenedores removibles:
Estos dispositivos, como las placas acrílicas (por ejemplo, Hawley) o los termoplásticos transparentes, son fáciles de usar y limpiar. Ofrecen versatilidad y estética, lo que los hace óptimos para la mayoría de los pacientes, siempre que sean colaboradores.
- Ventajas:
- Comodidad al comer y al cepillarse los dientes.
- Mayor estética.
- Ajustes sencillos.
- No generan urgencias.
- Ventajas:
- Desventajas:
- Dependen de la colaboración del paciente.
- Mayor riesgo de pé
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Retenedores fijos:
Consisten en un alambre trenzado adherido a la cara lingual/palatina de los dientes anteriores, generalmente de canino a canino. Este alambre puede ser de diversos materiales, como acero inoxidable o níquel-titanio. Estos retenedores están indicados para aquellos pacientes poco colaboradores o cuya maloclusión inicial presentase rotaciones/diastemas severos en la zona anterior.
- Ventajas:
- No requieren colaboración activa del paciente.
- Control 24h.
- Ventajas:
- Desventajas:
- Mayor dificultad para higiene.
- Riesgo de acumulación de placa.
- Descementado y rotura del retenedor.

Fig. 2. Caso de apiñamiento severo en el que se colocó un retenedor fijo junto al removible para una mayor estabilidad.
Conclusión
Estos tipos de retención que hemos descrito son los más utilizados, pero también existen modificaciones de los mismos para condiciones especiales, como los essix con rejilla para pacientes con deglución atípica, los retenedores fijos con extensión a los premolares para casos de extracciones o los essix con rampas en incisivos para casos de sobremordida aumentada.
La estabilidad de la retención, del mismo modo que el tratamiento de ortodoncia, es responsabilidad conjunta del paciente y del doctor. El primero, por la colaboración requerida. El segundo, por la obligación de analizar las condiciones del paciente y escoger la mejor retención para él.
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Bibliografía
Araujo TM, Ferreira PP, Lisboa IAPB, Vogel CJ, Starling CR. Orthodontic retainers: are they all the same? Dental Press J Orthod. 2024;29(6):e24spe6.

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