
Microtornillos en ortodoncia y estabilidad primaria: ¿Cómo influye el tipo de hueso?
Introducción:
Cuando buscamos un anclaje absoluto o esquelético con microtornillos, se deben considerar los distintos factores que pueden influir en la tasa de éxito a corto y largo plazo. Este éxito dependerá principalmente de su estabilidad una vez colocados. A diferencia de los implantes, donde buscamos conseguir una integración del dispositivo con el hueso que lo rodea (estabilidad secundaria), con los microtornillos, la clave está en obtener una adecuada retención en el momento de su colocación (estabilidad primaria).
Dicha estabilidad variará en función de las características del paciente y de la zona de hueso donde coloquemos el microtornillo. No es lo mismo colocar un microtornillo en una zona con poca densidad, como la región retromolar superior, o en la sínfisis mandibular, con un grosor de hueso cortical considerable. Veamos los diferentes tipos de hueso que encontramos en la boca para entender sus diferencias.
Tipos de Hueso en la Boca:
- Tipo 1: Se compone principalmente de hueso compacto. Este tipo de hueso lo podemos encontrar en la parte anterior de la mandíbula.

- Tipo 2: También presenta una cortical gruesa, (hueso compacto), pero tiene una mayor cantidad de hueso esponjoso denso que el Tipo 1. Está presente en la zona posterior de la mandíbula y el maxilar anterior.

- Tipo 3: Se caracteriza por presentar una delgada cortical periférica que rodea un hueso esponjoso denso y trabeculado. Lo encontramos en la zona posterior de la mandíbula y la zona anterior del maxilar.

- Tipo 4: Es un hueso con una cortical muy fina y un hueso esponjoso muy poco denso, lo que lo convierte en el hueso de “peor calidad” para la colocación de microtornillos. Es el que tenemos, por ejemplo, en la zona de la tuberosidad.

Estabilidad Primaria en Microtornillos:
Aclaradas las bases anatómicas con respecto al tipo de hueso, podemos definir la estabilidad primaria como la estabilidad mecánica generada por el contacto entre el microtornillo y la superficie del hueso. Según la literatura, con los primeros tipos de hueso (I, II y III) se ha conseguido una estabilidad primaria aceptable, mientras que, en los casos donde el microtornillo se colocó en una zona tipo IV, la estabilidad primaria fue considerablemente peor.
Estabilidad Secundaria: Osteointegración en Microtornillos Temporales
Ya hemos aclarado qué es y de qué depende la estabilidad primaria, pero no podemos dejar a un lado la estabilidad secundaria. Este fenómeno de osteointegración, tan buscado en implantes, no es tan relevante (o no le damos tanta importancia) con los microtornillos. Su propia definición nos lo dice: “TEMPORARY Anchorage Device” o dispositivo de anclaje temporal, en castellano. Algo temporal no debería osteointegrarse como un implante, pues su remoción podría acarrear ciertos riesgos.
Aunque no lo busquemos, el fenómeno biológico de la osteointegración se inicia aproximadamente a partir de las tres semanas después de haber colocado el microtornillo. Por fortuna, no va a producirse la misma respuesta que ocurre con un implante tradicional, pero sí se ha demostrado que, a partir de las 3-4 semanas después de su colocación, podemos incrementar ligeramente su fuerza (no se recomienda superar los 200-250g) gracias a una mayor estabilidad.

En esta búsqueda de la estabilidad, las pruebas radiológicas pueden ayudarnos a determinar cuál es la mejor ubicación para los microtornillos dependiendo de las características de las estructuras óseas del paciente. A continuación, os mostramos unas imágenes de una planificación de un MARPE en la que, gracias a la integración del CBCT y los STL del paciente, podemos determinar con precisión la ubicación óptima de los microtornillos, buscando las zonas de hueso con mayor espesor/densidad para poder lograr un correcto anclaje del aparato.


Importancia de las Pruebas Radiológicas en la Colocación de Microtornillos:
Como veis, la zona de hueso que escojamos para poner un microtornillo será crítica para su estabilidad. Por eso, sobre todo si tenéis poca experiencia, os aconsejamos realizar todas las pruebas diagnósticas que consideréis necesarias para mejorar vuestra precisión. A pesar de ello, no debemos olvidar que existen otros factores, como la técnica de colocación, la fuerza que aplicamos sobre ellos o los hábitos del paciente (higiene, tabaco…) que también pueden afectar a su estabilidad. Y, ya que estamos en el final…ha llegado el momento de decirlo: Los microtornillos, señores y señoras, FRACASAN. No son una herramienta perfecta. Si no habéis colocado ninguno, preparaos mentalmente para ver cómo se caen, como se inflaman, o incluso cómo llegan a romperse… pero todos estos problemas no deben desanimaros, ya que os abrirán las puertas a solucionar todos esos casos que “se atascan” cuando intentamos tratarlos sólo con alineadores.
Además de la estabilidad primaria, la curva de aprendizaje es uno de los factores determinantes en el éxito de los microtornillos. Y ahí, tenedlo por seguro, os vamos a ayudar.
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