
IPR en ortodoncia ¿En que situaciones practicarla?
Introducción al IPR en ortodoncia:
La IPR (Interproximal Reduction), o stripping dental, es un procedimiento ortodóntico que consiste en desgastar mínimamente el esmalte entre los dientes para crear espacio. Es clave en tratamientos como alineadores o brackets cuando falta espacio, permitiendo alinear los dientes sin extraer piezas.
A día de hoy, pocos son los pacientes a los que decidimos no hacer IPR para resolver su maloclusión. El IPR (Interproximal Reduction) o stripping es una de las técnicas que más se ha popularizado con la irrupción de la ortodoncia invisible. Sabemos que los alineadores mueven los dientes por presión. Para que esta presión sea efectiva, al ser un sistema cerrado, hemos de crear el espacio suficiente para que los movimientos puedan producirse sin ningún tipo de fricción.
Este “cambio” que hemos dado hacia la planificación digital nos ha llevado a ser más conscientes de los límites que tenemos a nivel óseo cuando queremos alinear todos los dientes, ya sea para evitar una proinclinación o una expansión excesiva que pueda generar recesiones.
El stripping es una herramienta que puede ayudarnos a resolver la papeleta en los pacientes que tengan una discrepancia oseo-dentaria negativa muy marcada y no queramos hacer extracciones. En la mayoría de pacientes, el IPR lo solemos planificar en la zona anterior, pero en algunas ocasiones, hacerlo entre premolares, o, incluso, entre molares, será también una solución óptima. Veamos en qué situaciones lo podemos aplicar.
A continuación vamos a ver en que situaciones realizar IPR:
Apiñamiento severo:
Cuando tenemos un apiñamiento severo de más de 7 mm, los más normal es que dudemos y nos preguntemos… ¿extraemos o hacemos mucho IPR?. En caso de optar por la segunda opción, tendremos que repartir dicho IPR entre los sectores anteriores y los posteriores. De esta manera, estaremos evitando un IPR excesivo en la zona anterior, que, seguramente, nos traerá problemas, tanto a nivel estético como de sensibilidad.

Discrepancia de Bolton:
El stripping es un proceso que sirve no solo para conseguir espacio donde alinear los dientes, sino que también lo podemos usar para simetrizar las proporciones entre las piezas de ambas arcadas. Es decir, el IPR permite “ajustar” la anchura mesiodistal de los dientes que sean asimétricos, corrigiendo así posibles discrepancias de Bolton y, por ende, lograr un mejor asentamiento oclusal.
Esto ocurre con cierta frecuencia entre los premolares de una hemiarcada y la contralateral o entre los incisivos del lado izquierdo o derecho. Resolver estas pequeñas discrepancias de tamaño con IPR nos permitirá lograr un mejor resultado a la par que reduciremos en muchas ocasiones la necesidad de colocar carillas o hacer reconstrucciones.

Veamos también un ejemplo un poco “atípico” en el cual estas discrepancias de tamaño dentario van a ser mucho mayores: Un paciente donde tengamos molares temporales, ya sean superiores o inferiores. En situaciones así, si el molar temporal presenta una raíz adecuada y no tiene movilidad, podemos optar por mantenerlo. Hacer IPR en estos dientes nos ayudará a mejorar el engranaje sin por ello tener que extraer dichas piezas.
Corrección sagital:
El IPR posterior puede ser muy útil, pero hay ocasiones en las que puede jugar en nuestra contra… Os pregunto: ¿Quién no ha caído en la tentación de hacer stripping posterior para corregir una Clase II?
Hacer stripping posterior es una de las opciones disponibles para resolver una discrepancia sagital. Pero, si planificamos este IPR sin revisar las posibles interferencias oclusales (generalmente entre caninos superiores e inferiores), el IPR puede funcionar “al revés”, empeorando la Clase II. Si no tenemos unas condiciones de resalte y sobremordida adecuados, y no hay espacio para retruir el frente anterior, hacer IPR en la zona posterior va a ser contraproducente, ya que el cierre de espacios se producirá mediante una mesialización de los sectores posteriores, agravando así la Clase II.
Conclusiones:
Como veis, el IPR posterior tiene sus pros y sus contras. Es una técnica que puede ayudarnos a reducir la necesidad de extracciones, pero siempre hemos de vigilar la proporción entre los dientes de ambas arcadas para no afectar negativamente a la estabilidad oclusal.
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