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Alineadores vs. Miniplacas. ¿Cuál elegimos para tratar las mordidas abiertas?

Las mordidas abiertas son, por tradición, una de las maloclusiones más temidas por los ortodoncistas. La dificultad para controlar el plano vertical, sumado al riesgo de recidiva que presentan estos pacientes, hace que el tratamiento de esta maloclusión se convierta en un auténtico reto.

Muchos pacientes con mordida abierta presentan una serie de rasgos o características comunes en todos ellos:

  • Aumento del tercio inferior de la cara
  • Extrusión de dientes posteriores
  • Curva de la sonrisa invertida
  • Compresión de arcadas

Estos rasgos nos pueden llevar a plantear un tratamiento integral con el que mejorar la estética facial del paciente. Esto, a su vez, nos genera dudas sobre la necesidad o no de someter al paciente a una cirugía para conseguir los objetivos planteados.

Tratamiento con miniplacas

Aquí es donde entran en juego las miniplacas. Con estos dispositivos podemos conseguir resultados similares a la cirugía sin necesidad de someter al paciente a una intervención tan invasiva.

Las miniplacas nos aportan un mayor anclaje y estabilidad que los microtornillos individuales, lo que nos permite a su vez aplicar más fuerza para lograr la intrusión de los sectores posteriores. Esta intrusión posterior va a provocar una anterorrotación de la mandíbula que, en última instancia, nos ayudará a cerrar la mordida.

En tratamientos de mordidas abiertas, se ha observado que las miniplacas pueden conseguir una media de 2,3 mm de intrusión de los molares superiores y de 1,3 mm de los molares inferiores, valores suficientes para conseguir cambios notables en el perfil del paciente.

Tratamiento con alineadores

La mordida abierta posterior que aparece en algunos tratamientos con alineadores nos pueden hacer pensar que conseguir intrusión posterior con alineadores es relativamente sencillo, pero la realidad es muy diferente.

  • Primero, esta mordida abierta no siempre está provocada por intrusión posterior. Los contactos anteriores, el efecto bowing o un inadecuado control del torque de los dientes posteriores pueden provocar este fenómeno.
  • Segundo, la intrusión posterior se consigue cuando colocamos algo entre los dientes del grosor suficiente para superar la dimensión vertical en reposo del paciente. Esto
    activará los músculos elevadores y ayudará a la intrusión posterior. El espesor total de los alineadores (0,76 mm + 0,76 mm = 1,52 mm) no es suficiente para conseguir este efecto, y menos en pacientes con crecimiento vertical, que tienen un espacio libre interoclusal superior a la media y un tono muscular débil.

Como conclusión, los alineadores son una opción válida para el cierre de las mordidas abiertas, pero si queremos conseguir resolver la mordida abierta por intrusión posterior, necesitaremos anclaje esquelético (microtornillos o miniplacas) junto al tratamiento de alineadores para lograr nuestros objetivos. Aunque planifiquemos intrusión posterior en la planificación virtual, esa intrusión posterior, por la ley de acción-reacción, se expresará como extrusión anterior.

Steele BP, Pandis N, Darendeliler MA, Papadopoulou AK. A comparative assessment of the dentoskeletal effects of clear aligners vs miniplate-supported posterior intrusion with fixed appliances in adult patients with anterior open bite. A multicenter, retrospective cohort study. Am J Orthod Dentofacial Orthop. 2022;162(2):214-228.e4.

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